Optimiza tus recursos con BIM

Publicado el 04-06-2018

Los archivos BIM son toda una revolución en el rubro de la arquitectura, diseño, construcción e ingeniería, entregando posibilidades únicas en la entrega de proyectos con funciones tan realistas como una verdadera fotografía, adaptándose en ambientes, muebles y luminosidad. Aprende su uso, prácticas y aplicaciones a continuación.

Puedes acceder a los Archivos BIM de ARAUCO aquí:

¿Cómo usar estos archivos BIM?

Las exigencias de uso de archivos BIM en proyectos de arquitectura son cada vez más estrictas alrededor del mundo, por ello desarrollamos una serie de módulos de cocina en formato BIM para que puedas diseñar tu proyecto de forma rápida y eficiente. Estos módulos son parte de una biblioteca de más de 100 elementos, los cuales pueden variar en una gran cantidad de formatos y estilos a través de los distintos modelos de tableros de Melamina VESTO.

La ventaja de aplicar estos módulos recae en que su diseño ya considera la mejor optimización posible de un tablero, evitando desperdicios de material y dinero, disminuyendo los problemas al momento de construir cada mueble.

1. Piensa en la mejor configuración posible para la cocina. 

Como regla general, se debe evitar que la cocina sea el resultado del espacio ‘sobrante’ en el proyecto, y sus dimensiones en plano tienen que responder a las medidas estándar de los flujos y de los mismos módulos. Con esto en mente, se debe pensar cómo se distribuirán las funciones dentro de la cocina según el ‘triángulo de trabajo’ formado entre las zonas de fregadero, preparación y cocción. Revisa nuestra guía completa sobre cómo diseñar una cocina aquí.

2. Aprovecha la modulación de los objetos BIM para sacar el mejor rendimiento del material

Ya con un plan general para la cocina, podemos comenzar a introducir nuestros módulos. Se recomienda siempre comenzar con los módulos de los muebles inferiores. Dentro de lo posible, la regla es intentar mantener un mismo ancho base (o su múltiplo) con cada módulo que se implemente. Con esto se busca trabajar con una medida que nos permita sacar el mejor rendimiento del tablero y facilitar su instalación.

Por ejemplo, cuando trabajamos con módulos cuyo frente son puertas, lo ideal es mantener un ancho de 60 cm, mientras que si trabajamos con módulos constituidos por cajones, podemos ampliar ese ancho hasta 120 cm (dependiendo del herraje que se incorpore, ya que no todos permiten llegar a este ancho). Cuando el largo de la cocina no nos permite incorporar una cantidad X de módulos del mismo ancho, podemos jugar con otros módulos que consideren un uso distintos como es el caso del especiero, botellero o bandejero.

3. Selecciona los módulos superiores según la altura de la cocina y ubícalos según su función.

En el caso de los módulos aéreos, consideramos dos alturas distintas: 70 cm y 85 cm. El uso de estas dos alturas dependerá del alto de la cocina y la zona donde se implementarán. Para cocinas de 230 cm de altura se recomienda utilizar el módulo aéreo de 70 cm, que es ideal para zonas donde se encuentra la encimera o el lavaplatos. En otras zonas se pueden utilizar sin problemas los módulos aéreos de 85 cm de altura, intentando utilizar siempre el mismo ancho. No es necesario que este sea exactamente igual al de los módulos inferiores, pero es importante que el módulo de la campana con el de la encimera calcen perfectamente.

4. Experimenta con los materiales para definir la apariencia final de la cocina.

En este caso, todos estos módulos de cocina están especificados con Melamina VESTO y tienen incorporado sus diseños para crear cocinas de distintos estilos y composiciones. Se pueden combinar distintos colores y texturas, y el sentido de la veta puede cambiar de dirección.

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