”La madera como material para una construcción sustentable y eficiente energéticamente en Chile”
Monserrat Bobadilla es arquitecta de la Universidad de Chile, especializada en arquitectura sustentable, eficiencia energética, construcción y arquitectura bioclimática. Es actualmente Líder de proyectos de Construcción Sustentable en EBP Chile y Directora Ejecutiva de Minergie Chile, estándar de construcción sustentable originado en Suiza en 1998, enfocado en asegurar confort, salud de los usuarios, reducción de los impactos ambientales nocivos, eficiencia energética y el mantenimiento de los valores a lo largo del ciclo de vida completo, mediante parámetros que permitan esta mantención. En Suiza, más del 15% de las personas viven en una edificación con este estándar, un índice que muestra la importancia que está tomando este tipo de construcción a nivel internacional.
Además, esta organización certifica a profesionales como arquitectos, desarrolladores de proyectos y otros actores intervinientes, para lograr una alta calidad de sustentabilidad en el entorno construido.
¿En qué consiste una edificación sustentable?
Es una pregunta muy amplia, porque abordamos la sustentabilidad, que intrínsecamente es un sujeto, un objeto y su relación con el entorno en el que está, en su medio ambiente inmediato. Entonces, algo es sustentable cuando es capaz de mantenerse o sustentarse a lo largo del tiempo haciendo uso de los recursos disponibles en el entorno de manera responsable y consciente para no agotarlos. Es decir, hacemos uso y aprovechamos los beneficios de estos recursos, pero asegurándonos de que duren a lo largo del tiempo. Si estamos hablando de una edificación, es a lo largo de su ciclo de vida completo y que no se agoten. Por lo tanto, vamos a seguir en esta interacción por muchos años si es que permitimos que no se agoten.
Es muy importante en el diseño de construcción, entender bien el entorno y el contexto en que estamos diseñando la edificación. Sobre las edificaciones sustentables en relación con su entorno, hablamos de manejar y aprovechar bien los recursos, como el sol, que es un recurso inagotable, donde podemos sacar beneficios como la radiación solar, que en una edificación se traduce en la reducción de demandas de calefacción, el asegurar calor al interior; luz natural, que da un confort visual a los usuarios. Al mismo tiempo, reduce el consumo energético asociado a la iluminación artificial, todo gracias a la buena utilización del recurso del sol.
Otros recursos presentes en el entorno de un edificio son los vientos. Podemos aprovechar la dirección de estos para controlar un adecuado caudal de aire al interior, asegurar la renovación saludable para los seres humanos y al mismo tiempo, utilizar estas estrategias para el enfriamiento, si es que así se requiere. La vegetación ofrece sombra, humedad, como también las fuentes de agua cercana al entorno, etc. Todos los fenómenos climáticos que estén en relación e interacción con el edificio son importantes al momento de pensar en su sustentabilidad, en su ciclo de vida completo.
¿Cuál es la importancia de la eficiencia energética y la reducción de la huella de carbono en la construcción de edificaciones?
Hay muchos estudios que se han hecho sobre cuál es el estado actual de las edificaciones y su impacto respecto a las emisiones globales de CO2. Entre ellos, el informe que salió el 2022 de Global ABC (Alianza Global para los Edificios y la Construcción), indica que el 37% de las emisiones a nivel global, proviene de la construcción. Entonces, desde nuestro sector, tenemos una gran responsabilidad en lograr reducir el gran impacto de emisiones, si queremos llegar a las metas globales, de poder disminuir la temperatura y que no alcancen niveles catastróficos para la humanidad. Dentro de esos mismos indicadores, el 35% de los consumos energéticos provienen del sector construcción, cifras bastante altas. Sobre la generación de residuos, más del 30% son responsabilidad del sector. Entonces, como arquitectos, desarrolladores de proyectos, de productos y todos los actores vinculados al sector, jugamos un rol muy importante en la reducción de emisiones.
Cuando hacemos análisis de ciclo de vida de las edificaciones, vemos el impacto que representan el carbono operacional por un lado y el carbono incorporado, por otra parte en las emisiones de CO2. El carbono operacional está vinculado a los consumos energéticos en todo su ciclo de vida y el carbono incorporado tiene relación con los materiales, productos, y tecnologías que van arrastrando su huella en el ciclo de vida. Es fundamental el rol que tienen estos elementos para desarrollar una edificación sustentable.
Entonces, es relevante la elección de los materiales desde el punto de vista energético…
Es muy importante. Cuando hablamos del carbono incorporado, que tiene relación directa con los materiales que escogemos para una edificación, es como el iceberg que está escondido debajo de la línea del mar. Normalmente en eficiencia energética, construcción sustentable, hasta hoy, siempre hemos estado enfocados en reducir consumos energéticos, es decir, en reducir el carbono operacional, implementando las estrategias mencionadas anteriormente, pero hemos dejado de lado todo lo que hay debajo de esto, que es el carbono incorporado, lo que proviene de los materiales. Incluso, si no hay una concepción global y desde el inicio de ambos factores en los proyectos, quizá se puede perjudicar a uno u otro, ya que tienen una estrecha relación. Por ejemplo, hay estrategias de mitigación del carbono operacional, a través de la reducción del consumo energético, pero que pueden tener un impacto negativo en el carbono incorporado, por alguna tecnología muy eficiente energéticamente pero que tiene mucho potencial de calentamiento global, que es la unidad que se utiliza para ir cuantificando el carbono que tiene algún producto, material, etc. En ese sentido, si estamos pensando en edificaciones sustentables, que es con lo que quisiéramos proyectarnos hacia el futuro, es necesario reducir al máximo ambos, el carbono operacional e incorporado.
Tenemos que hacernos cargo del carbono incorporado que viene en los productos, por ejemplo, en la madera, es importante tener en cuenta cómo manejamos ese bosque, en la extracción, producción, luego la construcción, cómo se va a usar ese material y cómo se concibe la utilización del material en la edificación para que al final del ciclo de vida útil del material, no signifique pérdidas o que se vaya a incinerar en gran cantidad o llevarlo a un vertedero, porque finalmente es contraproducente.
El rol que juega la madera en la reducción del carbono incorporado es importante. Desde EBP, hemos hecho algunos estudios y ejercicios de análisis para cuantificar el beneficio del uso de estos materiales y hemos obtenido resultados que indican que en las primeras etapas de producto del ciclo de vida completo, podemos llegar a una reducción de más de un 30% en la incidencia de emisiones de carbono incorporado, en comparación con un mismo edificio, pero construido con hormigón normal. Hemos llegado a resultados del 11% de beneficios de reducción para el ciclo de vida completo, en los escenarios actuales en Chile.
A nivel técnico, materiales como la madera tienen la gran ventaja de capturar carbono, mientras el árbol está creciendo. Esas capturas de carbono, dependiendo de la metodología de análisis utilizada, se pueden descontar de la cuantificación de emisiones de un proyecto, en sus primeras etapas. Sin embargo, si al final del ciclo de vida, no existe la posibilidad de reutilizar la madera, por metodología se debe considerar que se va a incinerar o a derivar a un vertedero. En el proceso de incineración, se vuelve a liberar el carbono que se capturó previamente y ahí se pierde el beneficio que se había obtenido al utilizar la madera. Entonces, pensemos mejor cómo diseñamos las edificaciones, desde ya considerando algún sistema prefabricado o de “desamblaje” para que se pueda reutilizar la mayor cantidad posible de piezas y partes de la edificación en proyectos futuros. De esta manera, se podrá aprovechar al máximo este tipo de materiales.
Lo otro, es el apoyo de sistemas y tecnologías desarrolladas a nivel nacional que permitan la reutilización, reciclaje y derivación de los materiales residuales al final del ciclo de vida la edificación, a otros proyectos o devolución a la misma empresa para que pueda prepararlos en su nueva implementación en otros proyectos o productos.
¿Qué otro aporte en específico tiene la madera en la construcción?
Aparte de su gran beneficio de ser capturadora de carbono, también tiene ventajas energéticas, si es que pensamos en ella como material medianamente aislante térmicamente. Por ejemplo, su conductividad térmica es menor en comparación con la del hormigón y otros materiales. En simple, en un muro de madera de pino versus un muro de otro material, que tiene una conductividad térmica mucho mayor, se va a necesitar menor aislación térmica adicional para llegar a los valores de transmitancia térmica necesarios para reducir las demandas energéticas a un estándar o niveles deseados.
Según algunos indicadores en edificaciones con certificación Minergie, que provienen de referencias de construcciones en Suiza, país con alta demanda de consumo energético, especialmente en temporadas frías, un edificio construido en madera requiere un 35% menos de energía en calefacción respecto a un equivalente construido en hormigón. De la gran cantidad de certificaciones que Minergie tiene en Suiza y otros países, más de la mitad de las edificaciones son construidas en madera.
El Banco Mundial también entrega índices en cuanto a costos operacionales de una vivienda. Al utilizar madera, podrían ser entre un 20% a incluso un 50% menores dependiendo de la zona climática y el nivel de aislamiento de una edificación, por eso el rango tan amplio.
No hay que olvidar que tenemos que hacernos cargo de las partes iniciales y finales del ciclo de vida, es decir, que el producto que vamos a usar sea certificado, verificado, que tenga un manejo y extracción responsable, por ejemplo, en los bosques, porque no sacaremos nada explotando el recurso de manera irresponsable. En ese sentido, es muy bueno que en el escenario local sí tenemos una gran parte de la industria maderera certificada, es una muy buena noticia, si comparamos con la situación en otros países.
¿Cuál es el estado actual de las edificaciones sustentables en Chile? ¿Ha aumentado o estamos detenidos?
Ha aumentado la demanda de proyectos que se acompañan con alguna certificación. Hace 15 años teníamos solo una certificación, enfocada en un tipo de construcción. Hoy tenemos varias certificaciones de construcción sustentable, disponibles en Chile para distintos tipos de edificaciones, lo cual es muy valioso, porque todo suma. Con Minergie somos una certificación que contribuye al desarrollo de un entorno construido más resiliente y sustentable, pero todas aportan, todas tienen su enfoque. Si están creciendo las certificaciones que están llegando al país, es porque hay una demanda detrás, que está solicitando edificaciones de mejor calidad y respaldadas por una entidad tercera que haya verificado su sustentabilidad, acompañado por un sello que entregue seguridad y garantía en el funcionamiento e implementación de ciertos parámetros y características.
Si pensamos en el desarrollo de instrumentos desde el marco regulatorio, también vemos un llamado masivo a este tipo de proyectos. Está la reglamentación térmica, que es menos exigente que otros estándares de construcción sustentable, pero la tenemos y en base a ella, se han ido generando instrumentos como la calificación energética de viviendas, que indica de manera muy fácil y directa qué tan energéticamente eficiente es la vivienda. Es un etiquetado similar a los que vemos en los refrigeradores, que le entregan al futuro comprador y usuario información clara y es al mismo tiempo una señal de transparencia respecto a estas temáticas.
El desarrollo de instrumentos como estos códigos voluntarios, las certificaciones y los códigos obligatorios, como son las reglamentaciones, nos va mostrando esta demanda. Y para qué hablar de los compromisos que hemos asumido desde el 2014 con el Acuerdo de París, en donde se establecen las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) frente a las cuales deben producirse reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero desde los distintos sectores a nivel nacional, en donde obviamente están el sector energía y construcción. El no cumplimiento de estos acuerdos tiene un efecto muy mal visto a nivel nacional e internacional. Desde ahí entonces, han aparecido instrumentos muy importantes, como la Ley Marco de Cambio Climático que fomenta el desarrollo de edificaciones sustentables.
¿Y cómo ves el futuro?
Si bien las certificaciones han podido integrarse positivamente en Chile y tienen ya un mercado en las nuevas construcciones, en el que se han ido desarrollando y aumentando; si comparamos con la cantidad de edificaciones que no tienen una certificación, sumado a la cantidad de edificios y viviendas que están quedando como construcción existente, en realidad, estamos frente a un número abrumador respecto a lo que éstas últimas impactan en cuanto a consumos energéticos y emisiones a nuestro entorno construido. En este punto es muy importante el rol que juega un buen marco regulatorio, es decir “lo obligatorio” ya que siempre es el instrumento más rápido y efectivo de implementar. Nuestra reglamentación debiese incorporar estrategias de mitigación para todo el entorno construido, ya sea nuevo o existente, para lo cual puede nutrirse de buenos ejemplos provenientes de edificaciones certificadas bajo algún estándar de construcción sustentable. Finalmente, estas certificaciones voluntarias son mecanismos para mover e impulsar metas ambiciosas y al hacer eso, movemos el límite del marco regulatorio y provocamos que sea más exigente, porque el entorno construido lo está demandando. En el futuro cercano, ya no se va a poder construir sin aislación térmica, con valores de transmitancia térmica tan bajos, como los pide la reglamentación térmica actual, ya que no se van a obtener las demandas que permitan llegar a las metas y objetivos que se vinculan con instrumentos obligatorios, como la Ley Marco de Cambio Climático. Aquí vemos un ejemplo de dos instrumentos regulatorios que no están dialogando en este momento. La ley exige metas de reducción de emisiones al 2025, 2030, hasta la carbono-neutralidad el 2050. Si no actuamos rápido, no llegaremos a esos objetivos que pide la ley. Entonces, tenemos que mover los otros instrumentos que ya poseemos, como la reglamentación térmica, que sí requiere de una actualización urgente.
En Chile, al menos tenemos un porcentaje bastante mayor de construcción formalizada o regularizada, comparado con otros países de Latinoamérica. Cuando tenemos este tipo de construcciones, es más fácil hacerle un seguimiento al estándar y eso sí ocurre en Chile. Por eso es importante mantener procedimientos, quizá fortalecerlos, optimizarlos, como los permisos de edificación, recepciones municipales, que deben tener las edificaciones para cumplir la norma. Idealmente, nuestro país debería apuntar a poder asegurar características de construcción sustentable y eficiencia energética, si es que queremos llegar a estos objetivos bien desafiantes de reducción de emisiones. Pero para hacer eso, tenemos que pasar por estos procedimientos, se podría decir, de fiscalización y así tener una formalización, una trazabilidad en las características de las edificaciones que se van construyendo, y a partir de eso, generar medidas futuras de mitigación y mejoras, que vengan de instrumentos regulatorios o voluntarios.
Lo importante es que esto se vaya moviendo y ahí está el fomento, que va de la mano con la entrega de instrumentos financieros entregados por el Estado, la banca o cualquier institución, para el desarrollo de estas edificaciones. Es un movimiento transversal que viene incluso de la formación de personas desde sus etapas escolares más iniciales, que vengan con una noción de la sustentabilidad y que vean la importancia de su implementación en todas las actividades. Hay que ver el tema de manera integral, con todas sus aristas e ir aplicando medidas y soluciones con la urgencia que se requiere, de lo contrario no vamos a lograr los objetivos que tenemos a nivel global.