Hoy estamos haciendo historia

En octubre de 2019, ARAUCO decide mecanizar la cosecha aérea para eliminar el riesgo de las personas que estaban en faena. Paralelamente, entra a operar faenas propias de cosecha con el fin de generar un modelo que complemente el trabajo que las empresas contratistas han prestado durante los últimos 40 años.

Desde que se comenzó a implementar en terreno esta faena llamada Cosecha Interna Mecanizada Aérea (CIMA), cada día ha sido un aprendizaje.

Para sus protagonistas, incluso, “un torbellino de aprendizaje” que les ha permitido romper paradigmas y avanzar en sistemas que antes eran impensados para la industria forestal. Es el caso de la cosecha con soporte intermedio, en pendientes de más de 40% y con producciones mensuales que triplican los volúmenes esperados para faenas de torres.

A fin de conocer cómo ha sido esta transformación y cómo el cuestionarnos la manera de hacer el trabajo nos agrega valor, conversamos con integrantes del equipo CIMA de Forestal Zona Chillán, quienes lograron en septiembre derribar todos los paradigmas y hacer realidad una meta que para muchos era una ilusión: 9.063 m3 de producción mensual en una torre.

Esta meta no sólo es un hito. También es una operación más segura (sin gente en la zona de mayor riesgo), más inclusiva y productiva, que enfrentó problemas complejos relacionados con la operación misma, la falta de experiencia de los “araucanos” en operaciones directas, y la contingencia actual (COVID, cuarentenas, estallido social), dicen los protagonistas de esta hazaña. “Estar donde las papas queman y al otro lado de la vereda ha significado un aprendizaje diario y donde ha habido mucha garra”, sostiene Marco Henríquez, Jefe Mantenimiento CIMA Chillán.